Los primeros indicios de vida son de hace 3.800 millones de años, aparecieron por primera vez en Groenlandia, los primeros seres vivos que se alimentaban del océano y que estaban compuestos principalmente de carbono.
Los primeros rastros de seres vivos que se conservan hoy en día aparecieron en Groenlandia, incrustados en la que se creé que es una de las rocas más antiguas del planeta. Sobre esta roca apareció una franja más negra de lo normal. Esta franja se sabe que son los restos de los primeros seres vivos. Estos seres vivos eran unas bacterias, similares a las de hoy en día, compuestas principalmente por carbono. Sabemos que se trataba de seres vivos por los restos de carbono encontrados en la roca antes mencionada.
Las razones que permitieron que en la Tierra existiera en agua en estado líquido y formase los aceános es porque parte del agua que hay en el planeta llego desde el espacio exterior, donde enormes cantidades de hidrogeno y oxigeno se combinaban para formar el hielo espacial. Parte de nuestra existencia se debe a ello. Por otro lado parte del agua procedía del subsuelo y gracias a las erupciones volcánicas salieron al exterior.
Se creé que la tierra pudo sufrir el impacto de hasta 6 meteoritos de unos 500 Km. de de radio. Finalmente el choque de un gigantesco meteorito contra el pacífico. Esta colisión formo una nube de vapor roca que se expandió por la tierra hasta cubrirla totalmente durante un periodo cercano a un año. Este fenómeno hizo que el agua de los océanos se evaporara totalmente.
En un principio la vida pudo permanecer en forma de pequeñas bacterias introducidas en moléculas de sal en el interior terrestre donde la temperatura de la tierra no era muy alta pues al estar en el interior no sufrió la influencia de la nube de vapor de roca.
los océanos fueron creados de nuevo. Tras unos mil años después de esa gran catástrofe el agua de los océanos volvió a condensarse en forma de lluvia, cayendo sobre la tierra a un ritmo de 3.000 ml por año, estas precipitaciones igual de torrenciales fueron el alimento de nuestros recipientes oceánicos.
Durante 2.000 años la lluvia siguió cayendo hasta que el océano se lleno de nuevo, recuperando el agua de sus orígenes.
Mientras que los océanos se llenaban, debajo del suelo oceánico siguieron sobreviviendo numerosos microorganismos, entre ellos algunos de nuestros antepasados. Estos pudieron abandonar el habitad que habían adoptado durante unos 3.000 años para tomar posesión del reformado océano. Pese a su tamaño microscópico se lanzaron a esos nuevos lugares poniendo en ellos una racha evolutiva.
IDEAS PRINCIPALES:
· La tierra se formo por la colisión de gran cantidad de meteoritos pequeños que quedaron unidos a la tierra por la fuerza de la gravedad.
· Uno de estos meteoritos provocó la formación de una nube de vapor de roca que hizo evaporar los océanos
· Las primeras manifestaciones de vida tan solo eran bacterias unicelulares que se alimentaban de los océanos.
· Tras este acontecimiento lo vida no desapareció sino que busco lugares en el interior de la tierra donde poder entrar en un estado de vida latente para que en un futuro con las condiciones adecuadas retomaran su actividad.
· El ser humano ha heredado el instinto de supervivencia de sus primeros antepasados.
4. La evolución y sus pruebas.
La cantidad total de las especies diferentes que hay en la Tierra podría llegar desde 30 a 50 millones. Pero hasta hoy, solo se han catalogado 2 millones: podríamos desconocer el 90% de los seres vivos que habitan en el planeta.
Los fósiles más conocidos son los restos de esqueletos, conchas y caparazones de animales, y también las impresiones carbonosas de plantas.
Existen tres tipos de prueba que apoyan la evolución:
4.1. Pruebas biológicas: Como son, la disposición y estructura de los huesos y órganos vestigiales. Por ejemplo, la semejanza entre los huesos de las extremidades de especies tan diferentes como el murciélago, la ballena y el ser humano. La semejanza es tan grande que es inevitable pensar que se trata de adaptaciones de una única anatomía, la del antepasado común, a distintos usos. Otra prueba las proporcionan los órganos vestigiales: es un órgano cuya función original se ha perdido durante la evolución. En 1893, Robert Wiedersheim publicó una lista de 86 órganos humanos de los que se desconocía su función. Teorizando que eran vestigios de la evolución, los llamó "vestigiales".
Hoy en día, la lista de órganos humanos considerados como vestigiales es mucho menor, y muy debatida. Incluye, por ahora, el apéndice y el cóccix (coxis). Mucha gente mantiene que el cóccix es el resto de una cola perdida. Las muelas del juicio también son vestigiales.
4.2. Pruebas paleontológicas: Hasta el momento se han clasificado 300.000 fósiles diferentes; algunos paleontólogos a partir de este dato han determinado que el número de especies que han poblado la Tierra es de alrededor 2.000 millones. Si dividimos 300.000 entre esta cifra, llegamos a la conclusión de que solo conocemos fósiles de una de cada 7.000 especies que habitan en el planeta. Esta pequeña muestra es suficiente para planificar como ha evolucionado la biosfera, en la cual toda la vida queda interrelacionada y se remonta hasta el origen.
4.3. Pruebas moleculares: Estas pruebas se basan en la suposición de que las mutaciones: es una alteración o cambio en la información genética de un ser vivo y que, por lo tanto, va a producir un cambio de características, que se presenta súbita y espontáneamente, y que se puede transmitir o heredar a la descendencia. La unidad genética capaz de mutar es el gen que es la unidad de información hereditaria que forma parte del ADN. En los seres multicelulares, las mutaciones sólo pueden ser heredadas cuando afectan a las células reproductivas. Una consecuencia de las mutaciones puede ser una enfermedad genética, sin embargo, aunque en el corto plazo puede parecer perjudiciales, a largo plazo las mutaciones son esenciales para nuestra existencia. Sin mutación no habría cambio y sin cambio la vida no podría evolucionar.
Muchos científicos discuten el ritmo constante de las mutaciones, pero como agumento evolutivo, este no interesa. Por ejemplo, lo importa es que de los aproximados 30.000 genes de un ratón, 29.700 están también en el ser humano. Y este 99% común es una prueba aplastante de que “somos ramas de un mismo árbol”.
5.- COMO EXPLICAMOS LA EVALUACIÓN
Se denomina especie a cada uno de los grupos en que se dividen los géneros, es decir, la limitación de lo genérico en un ámbito morfológicamente concreto. En biología, una especie es la unidad básica de la clasificación biológica.
Una especie se define a menudo como grupo de organismos capaces de entrecruzar y de producir descendencia fértil. Mientras que en muchos casos esta definición es adecuada, medidas más exactas o que diferencian más son de uso frecuente, por ejemplo basado en la semejanza del ADN o en la presencia de rasgos local-adaptados específicos.
Es un grupo de poblaciones naturales cuyos miembros pueden cruzarse entre sí, pero no pueden hacerlo -o al menos no lo hacen habitualmente- con los miembros de poblaciones pertenecientes a otras especies. En este concepto, el aislamiento en la reproducción respecto de otras especies es central.
Es un grupo de organismos reproductivamente homogéneo, pero muy cambiante a lo largo del tiempo y del espacio. En muchos casos los grupos de organismos que se separan de la población original, y quedan aislados del resto, pueden alcanzar una diferenciación suficiente como para convertirse en una nueva especie.
5.1.- Selección Natural
La selección natural es un fenómeno esencial de la evolución con carácter de ley general y que se define como la reproducción diferencial de los genotipos en el seno de una población biológica. La formulación clásica de la selección natural establece que las condiciones de un medio ambiente favorecen o dificultan, es decir, seleccionan la reproducción de los organismos vivos según sean sus peculiaridades. La selección natural fue propuesta por Darwin como medio para explicar la evolución biológica. Esta explicación parte de dos premisas; la primera de ellas afirma que entre los descendientes de un organismo hay una variación ciega (no aleatoria), no determinista, que es en parte heredable. La segunda premisa sostiene que esta variabilidad puede dar lugar a diferencias de supervivencia y de éxito reproductor, haciendo que algunas características de nueva aparición se puedan extender en la población. La acumulación de estos cambios a lo largo de las generaciones produciría todos los fenómenos evolutivos.
5,2.- Selección Artificial
La selección "artificial" es una técnica de control reproductivo mediante la cual el hombre altera los genes de organismos domésticos o cultivados. Esta técnica opera sobre características heredables de las especies, aumentando la frecuencia con que aparecen ciertas variaciones en las siguientes generaciones; produce una evolución dirigida, en la que las preferencias humanas determinan los rasgos que permiten la supervivencia.
Mediante este tipo de selección surgieron -por ejemplo- todas las variedades de perros modernas, como el xoloscuincle, que están orientadas a tareas específicas como la vigilancia y la compañía, así como a satisfacer preferencias estéticas, por la expresión facial y la apariencia del pelo, entre otras. Las características de los productos agrícolas también están determinadas en gran medida por efectos de la selección artificial, proceso mediante el cual se han logrado variedades vegetales que se pueden aprovechar fácilmente para usos alimenticios del ser humano, como es el caso del maíz y el plátano, cuyos frutos tienen un rendimiento comestible para el hombre mayor que las variedades silvestres de las que proceden; también en las plantas ornamentales se han llegado a desarrollar variedades de impresionante belleza gracias a la selección artificial de las característica deseadas.
Selección artificial y selección natural
La práctica de la selección artificial es muy antigua, tanto en agricultura como en ganadería. Charles Darwin conoció esta práctica, y su tesis sobre la causa de la evolución biológica reposa, en gran medida, en el concepto de selección natural, idea que él extrapola de la selección artificial: la naturaleza efectuaría un proceso parecido al que realiza el hombre que elije los animales o plantas que desea transformar y, mediante la reproducción controlada, fomenta las características que desea que se desarrollen más. La diferencia principal reside en que la selección natural no está planificada por el hombre, sino que viene impuesta por las circunstancias ambientales.